Tenemos una pérgola en el jardín en la que las golondrinas se sienten muy cómodas y resguardadas, y cada primavera deciden anidar sobre la lámpara del cenador.
No nos importaría, nos gustan los animales, pero no son nada limpios y terminan llenando la mesa (y lo que hay sobre ella) de excrementos pajariles... y eso ya no nos gusta tanto.
Esta es la historia que origina esta guirnalda de banderines ganchilleros. Algo sencillo y que se mueve y cuya función será espantar a las golondrinas, además de adornar el cenador.
Las lanas las compré en Sostrenegre, y el gancho de 3mm me ayudó en la tarea.